EN EL DESVÁN. Introducción

Un golpe vehemente de viento imprevisible, de primavera apasionada y preñada de polvareda fértil ha hecho saltar en mil pedazos los goznes añosos del ventanuco, y la luz anaranjada del atardecer inunda el desván de un aire templado y vivificante después de años, lustros, tal vez décadas de oscuridad…

Las novelas de los estantes despliegan sus hojas como alas de pájaro y se sacuden el polvo enredado en páginas cargadas de intriga dejando caer hasta el suelo trizas de misterio, gajos de terror y a algún que otro héroe amodorrado por el olor a tinta rancia… El detective Marlowe se incorpora en el piso mugriento y mira, desairado, a miss Marple —postrada a cuatro patas cerca de él— mientras ajusta el sombrero a su cara de Bogart. La forense Kay Scarpetta observa la escena divertida desde su despacho, ocupada en buscar datos policiales online, pero no dice nada, se limita a guiñar con complicidad a Angie Porter, que se pregunta si no será todo producto de alguna de sus pesadillas… Junto a ellas, Patricia Highsmith busca un sentido oscuro a lo que ve y Stephen King señales de un final apocalíptico…

Las pilas de novelas se desperezan y vuelven a hilvanar el crimen perfecto o devanan lentamente el caso policíaco más interesante. Poco a poco, el silencio se convierte en murmullo y éste da paso al bullicio propio de cualquier actividad febril… Algo está pasando en el desván…

No hay comentarios: